El té verde es otro nombre de la planta Camellia sinensis y, de hecho, de las hojas de esta planta se preparan diferentes tipos de té.
Esta planta y su uso están ampliamente presentes en la cultura de varios países asiáticos y es la bebida más consumida en el mundo después del agua.
Por supuesto, esto no es casual.
El té verde ha sido durante siglos una bebida tradicional que, además de su agradable sabor y efecto refrescante, posee propiedades curativas.
Rico en numerosos compuestos fenólicos, los más conocidos de los cuales se llaman catequinas, el té verde se utiliza como un tónico y estimulador de los niveles de energía, el enfoque y la concentración.
Además, contiene cafeína, que es un estimulante natural de la actividad cerebral, así como el aminoácido L-teanina, que tiene un efecto calmante y elimina la sensación de ansiedad.
Por esta razón, el consumo de té verde es preferido al del café, especialmente entre las personas que realizan actividades mentales.
Diversos estudios científicos confirman que el consumo de té verde activa centros en el cerebro responsables de las funciones cognitivas.
El extracto de té verde representa una forma concentrada de la planta, de la cual se han extraído los componentes más importantes, gracias a los cuales la hierba ejerce sus efectos.
Se recomienda para el trabajo mental para mejorar la velocidad de procesamiento y recreación de información, el enfoque y la concentración.