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Gota: Esencia, síntomas y etapas de desarrollo

Подагра: Същност, симптоми и стадии на развитие
  1. ¿Qué es la gota?
  2. Tipos de gota
  3. Factores de riesgo y causas de desarrollo
  4. Síntomas de la gota
  5. Suplementos adecuados para la gota
  6. Etapas de desarrollo
  7. Pruebas y diagnóstico de la gota
  8. Valores de referencia del ácido úrico en la gota
  9. ¿Hay síntomas específicos en las mujeres?
  10. ¿Qué médico visitar por gota y cuándo?
  11. Vida con gota
  12. Preguntas frecuentes

La gota es conocida por la humanidad desde tiempos antiguos y a menudo se llama «enfermedad real» debido a su frecuente aparición entre nobles y aristócratas, que tenían acceso a alimentos ricos, grasos y alcohol.

En el pasado era un símbolo de lujo y exceso, pero hoy la gota afecta a cada vez más personas, debido a cambios en el estilo de vida, incluyendo la alimentación poco saludable, la obesidad y la reducción de la actividad física.

En este artículo examinaremos qué es realmente la gota, sus síntomas y las diferentes etapas de desarrollo, para que comprendas mejor esta enfermedad cada vez más común.

¿Qué es la gota?

¿Qué es la gota?

La gota es una enfermedad metabólica caracterizada por un nivel crónicamente elevado de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia) y el consiguiente depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones y tejidos blandos, lo que provoca ataques de artritis inflamatoria y daño articular progresivo.

Tipos de gota

La gota se clasifica en varias formas principales según el cuadro clínico y la evolución de la enfermedad.

Los tipos de gota se determinan según las causas, el carácter y las características clínicas de la enfermedad, por ejemplo:

  • Gota primaria — surge principalmente por alteraciones hereditarias y metabólicas que provocan un aumento en la formación o una disminución en la eliminación del ácido úrico.
  • Gota secundaria — resultado de otras enfermedades o factores externos, como enfermedades renales, medicamentos o tumores malignos.
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  • Hiperuricemia asintomática — niveles elevados de ácido úrico sin síntomas ni ataques inflamatorios. No es gota clásica, pero es un factor de riesgo para su desarrollo.

Factores de riesgo y causas de desarrollo

La gota se desarrolla como resultado de la acumulación de cristales de urato monosódico en articulaciones y tejidos, desencadenando una reacción inflamatoria.

La causa principal es el aumento del nivel de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia), que puede deberse a una mayor producción o a una menor eliminación del ácido úrico por el organismo.

Los factores de riesgo para el desarrollo de gota incluyen:

Los factores de riesgo para el desarrollo de gota incluyen:
  • Predisposición genética: Una historia familiar de gota aumenta el riesgo, ya que algunos genes influyen en el metabolismo del ácido úrico.
  • Dieta: El consumo de alimentos con alto contenido de purinas — como carne roja, mariscos, legumbres, y también alcohol (especialmente cerveza y licores) — eleva los niveles de ácido úrico.
  • Obesidad: El aumento de la masa corporal provoca mayor producción de ácido úrico y menor eliminación.
  • Alteraciones metabólicas: Condiciones como hipertensión, diabetes tipo 2, resistencia a la insulina y síndrome metabólico están asociadas con mayor riesgo.
  • Función renal alterada: La disminución de la excreción renal de ácido úrico provoca su acumulación en el organismo.
  • Medicamentos: Diuréticos, dosis bajas de aspirina, algunos inmunosupresores y otros fármacos pueden afectar negativamente la función renal o elevar los niveles de ácido úrico.
  • Sexo y edad: Los hombres están más expuestos a la gota, especialmente después de la pubertad, y las mujeres después de la menopausia.
  • Otros factores: Enfermedades agudas, estrés, traumatismos e intervenciones quirúrgicas pueden desencadenar ataques de gota.
Obesidad

Síntomas de la gota

La gota se manifiesta con síntomas característicos que varían según la etapa de la enfermedad y la intensidad de la reacción inflamatoria.

Los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Dolor articular agudo: Los ataques de gota comienzan de forma repentina con dolor intenso, ardiente y constante, más frecuentemente en la articulación del dedo gordo del pie (ataque gotoso). El dolor puede extenderse a otras articulaciones como tobillos, rodillas, muñecas y codos.
  • Hinchazón y enrojecimiento: La articulación inflamada está muy hinchada, caliente al tacto y enrojecida, signo de un proceso inflamatorio activo.
  • Movilidad limitada: La articulación afectada se vuelve difícil de mover debido al dolor y la hinchazón.
  • Sensación de calor: La zona afectada suele estar más caliente que el resto del cuerpo.
  • Aparición de tofos: En la gota crónica pueden formarse tofos — acumulaciones de cristales de ácido úrico que se sienten como nódulos duros bajo la piel.
  • Síntomas generales: Durante los ataques agudos puede haber fiebre, escalofríos, fatiga general y malestar.

Los ataques gotosos suelen durar desde unos días hasta varias semanas, tras lo cual los síntomas pueden desaparecer durante meses o años si no se toman medidas. En la forma crónica la enfermedad progresa con ataques recurrentes y daño articular permanente.

Suplementos adecuados para la gota

Etapas de desarrollo

La gota pasa por varias etapas consecutivas, cada una caracterizada por determinadas particularidades clínicas y de laboratorio:

  1. Hiperuricemia asintomática - en esta etapa inicial se observa nivel elevado de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia), pero sin quejas ni síntomas. Los cristales de urato aún no se han depositado en los tejidos, por lo que no hay inflamación ni dolor. Esta etapa puede durar años y a menudo pasa desapercibida.

  2. Ataque gotoso agudo - aparece de forma repentina un fuerte ataque inflamatorio con dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón y calentamiento de la articulación afectada. Suele manifestarse por primera vez en la articulación del dedo gordo del pie, pero pueden afectarse otras articulaciones. El ataque puede durar de varios días a semanas, tras lo cual desaparecen los síntomas.

  3. Período intercrítico (entre ataques) - después del ataque agudo los síntomas desaparecen por completo, pero los cristales de ácido úrico siguen acumulándose en articulaciones y tejidos. Este período puede durar meses o años antes del siguiente ataque.

  4. Gota tofácea crónica - con niveles persistentemente elevados de ácido úrico y ataques inflamatorios recurrentes se forman tofos — acumulaciones duras de cristales de urato en articulaciones, tendones y tejidos blandos. Esto provoca inflamación crónica, daños articulares permanentes, movilidad limitada y deformidad.

  5. Complicaciones - en la gota no tratada pueden desarrollarse complicaciones como destrucción articular, artritis crónica, cálculos renales, insuficiencia renal y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Pruebas y diagnóstico de la gota

Pruebas y diagnóstico de la gota

El diagnóstico de la gota requiere una combinación de juicio clínico, pruebas de laboratorio y diagnóstico por imagen. El reconocimiento correcto y oportuno de la enfermedad es clave para su manejo eficaz y la prevención de complicaciones.

Evaluación clínica

El proceso diagnóstico comienza con una anamnesis cuidadosa y un examen físico.

Se puede confundir con otras artritis, por eso se presta atención a:

  • aparición repentina de dolor intenso en una sola articulación (más frecuentemente el dedo gordo del pie).
  • enrojecimiento, calentamiento e hinchazón.
  • aparición nocturna de los síntomas.

Aun así, un clínico experimentado puede llegar rápidamente a una lista corta de diagnósticos diferenciales y, para confirmar sus sospechas, recurre primero a algunas pruebas de laboratorio.

Pruebas de laboratorio

En la mayoría de los casos son suficientes como medidas complementarias de diagnóstico tras las sospechas surgidas de la anamnesis y el examen físico e incluyen:

Nivel de ácido úrico en sangre (urato sérico)

  • Valores normales: hasta 360 μmol/L en mujeres y hasta 420 μmol/L en hombres.
  • Importante: durante un ataque agudo los valores pueden ser normales, por lo que se recomienda repetir la prueba fuera del ataque.

Parámetros generales de sangre

  • PCR y VSG: elevados en caso de inflamación.
  • Función renal: análisis de creatinina y urea para evaluar posible daño renal.

Análisis del líquido sinovial (artrocentesis) - raramente utilizado

  • Método más preciso para confirmar la gota.
  • En el examen microscópico se observan cristales de urato monosódico con forma de aguja y birrefringencia negativa.
  • Ayuda a descartar otros diagnósticos como artritis séptica o pseudogota (artritis por pirofosfato cálcico).

Pruebas de imagen - para evaluar complicaciones

Radiografía:

  • En las etapas iniciales suele ser normal.
  • En la gota crónica pueden verse erosiones óseas características y tofos.

Ecografía articular - para evaluar el compromiso articular:

  • Puede mostrar acumulaciones de cristales o inflamación.
  • Hallazgo específico: "double contour sign" — depósitos de urato en la superficie del cartílago.

TC de doble energía (DECT) - método raramente utilizado, en casos avanzados o problemáticos:

  • Método especializado que visualiza los cristales de urato en articulaciones y tejidos blandos.
  • Muy útil en casos de sospecha de gota crónica o atípica.

El diagnóstico de la gota requiere precisión, ya que los síntomas pueden asemejarse a otras enfermedades. La confirmación mediante análisis del líquido sinovial sigue siendo el estándar de oro, mientras que los métodos adicionales — sanguíneos e imagenológicos — proporcionan una evaluación integral del estado del paciente.

En la práctica, sin embargo, el diagnóstico a menudo lo establece el clínico tras sospechar la enfermedad por síntomas clínicos y pruebas sanguíneas, lo que conlleva riesgo de estadiaje incorrecto y mayor probabilidad de complicaciones.

Valores de referencia del ácido úrico en la gota

El ácido úrico, como cualquier otro parámetro sanguíneo, tiene límites y valores normales establecidos por la ciencia, fuera de los cuales se considera que existe un problema con el metabolismo de la sustancia.

Aquí es importante destacar que la hiperuricemia es necesaria, pero no es condición suficiente para el desarrollo de gota — algunas personas tienen valores altos, pero nunca desarrollan síntomas. En la tabla inferior hemos indicado los valores de referencia para hombres, mujeres y niños:

Grupo

Valores de referencia

Comentario




Hombres

210 – 420 µmol/L (3.5 – 7.0 mg/dL)

Valores superiores a 420 µmol/L se consideran hiperuricemia.

Mujeres

140 – 360 µmol/L (2.4 – 6.0 mg/dL)

Tras la menopausia los valores suelen aumentar.

Niños

120 – 320 µmol/L (2.0 – 5.4 mg/dL)

La gota es extremadamente rara en niños.

El especialista experimentado siempre tendrá en cuenta que durante un ataque agudo los valores pueden ser normales o incluso más bajos — por eso se recomienda repetir la prueba 1–2 semanas después de que remita la inflamación. Además, valores > 500 µmol/L (8.4 mg/dL) aumentan significativamente el riesgo de gota, tofos y daño renal.

¿Hay síntomas específicos en las mujeres?

La gota transcurre de forma similar en ambos sexos, pero en las mujeres a menudo presenta una manifestación clínica diferente, especialmente antes y después de la menopausia, relacionada con las hormonas sexuales y los niveles en distintas etapas de la vida de la mujer.

Aquí tienes las características específicas que pueden observarse en mujeres.

Gota en mujeres – síntomas y características específicas

Característica

Explicación

Aparición más tardía

La gota en mujeres suele desarrollarse 10–20 años más tarde que en hombres, más frecuentemente después de la menopausia. Esto se debe al efecto protector de los estrógenos, que favorecen la eliminación del ácido úrico.

Afectación más frecuente de otras articulaciones

Mientras en hombres suele afectarse el dedo gordo del pie (artritis gotosa), en mujeres se afectan más frecuentemente rodillas, muñecas o dedos de las manos.

Dolor menos intenso al inicio

Las mujeres a veces experimentan dolor más leve o difuso en las etapas iniciales, lo que puede dificultar el diagnóstico.

Enfermedades concomitantes frecuentes

En mujeres la gota a menudo se combina con hipertensión, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades renales, características del período posmenopáusico, lo que puede complicar la sintomatología y el tratamiento.

Localización no estándar de tofos

En gota crónica las mujeres pueden desarrollar tofos en zonas menos típicas, como dedos de las manos o pabellones auriculares, incluso con niveles más bajos de ácido úrico.

A pesar de las particularidades, la gota en mujeres no difiere radicalmente de la de los hombres, pero a menudo es más difícil de reconocer al principio, se desarrolla más tarde y puede tener una sintomatología más variada.

Por eso es importante que las mujeres mayores de 50 años con dolores articulares y factores de riesgo sean examinadas también por gota — incluso en casos de evolución atípica.

¿Qué médico visitar por gota y cuándo?

¿Qué médico visitar por gota y cuándo?

Ante la sospecha de gota el primer paso es consultar al médico de cabecera, quien puede solicitar pruebas de laboratorio básicas como ácido úrico sérico, VSG, PCR y hemograma completo. Si hay síntomas típicos o valores elevados, te derivará al reumatólogo — el especialista que más frecuentemente diagnostica la gota y realiza el seguimiento a largo plazo.

El reumatólogo tiene experiencia en diferenciar inflamaciones articulares y puede solicitar pruebas de imagen o microscópicas adicionales, incluida punción articular si es necesario.

En caso de gota con complicaciones renales — presencia de cálculos, alteraciones de la función renal o insuficiencia renal crónica — se recomienda consultar también a un nefrólogo.

En pacientes con obesidad, resistencia a la insulina o síndrome metabólico, el endocrinólogo puede participar en el tratamiento integral, especialmente si la gota forma parte de una alteración metabólica más amplia.

La presencia de deformidades articulares, dolor crónico o tofos formados puede requerir la opinión de un traumatólogo o cirujano, especialmente al considerar tratamiento quirúrgico o intervención.

Es imprescindible consultar al médico si aparece dolor repentino e intenso, hinchazón y enrojecimiento en una articulación — signo clásico de ataque gotoso agudo. Es necesaria atención médica también cuando los ataques se vuelven frecuentes, los síntomas empeoran, aparecen bultos visibles alrededor de las articulaciones o el tratamiento no da el efecto esperado.

Incluso sin síntomas, pero con hiperuricemia confirmada o carga familiar, es razonable discutir el estado con el médico de cabecera o especialista para evaluar la necesidad de profilaxis y control.

Vida con gota

Vivir con gota requiere cuidado constante y autodisciplina, pero con el enfoque adecuado el estado puede controlarse con éxito y sin limitaciones graves. La base del buen manejo es una alimentación equilibrada, con restricción de purinas, alcohol y fructosa, así como el mantenimiento de un peso saludable.

La toma regular de los medicamentos prescritos (como alopurinol o febuxostat) y el control de los niveles de ácido úrico reducen el riesgo de ataques agudos y daños articulares permanentes. La actividad física moderada y una buena hidratación también favorecen el metabolismo y disminuyen las acumulaciones de uratos.

Es importante que las personas con gota eviten la automedicación ante el dolor y consulten al médico ante cualquier cambio en los síntomas. Con el cuidado adecuado y la información, la gota no impide una vida plena y activa.

Preguntas frecuentes

Preguntas frecuentes

¿Qué es la gota?

La gota es una enfermedad inflamatoria causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones.

¿Puede haber ácido úrico alto sin que sea gota?

Sí, es posible tener hiperuricemia sin síntomas ni desarrollo de gota.

¿Se cura la gota?

La gota no se cura completamente, pero puede controlarse eficazmente con tratamiento y estilo de vida.

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