- ¿Qué es la vitamina E?
- Propiedades de la vitamina E
- Funciones de la vitamina E en el organismo humano
- Prueba la 'Vitamina E' de VitaOn
- Deficiencia de vitamina E
- Dosis diaria recomendada de vitamina E
- Fuentes de vitamina E
- Efectos secundarios
- Riesgo aumentado en ciertas condiciones
- Conclusión
- Preguntas frecuentes
Entre la multitud de vitaminas que desempeñan un papel clave en la salud, la vitamina E a menudo queda en la sombra. Aunque no se hable tanto de ella, es de suma importancia para el correcto funcionamiento del organismo, especialmente en lo que respecta a la protección de las células contra el estrés oxidativo y el mantenimiento del sistema inmunológico.
En este artículo, nos familiarizaremos más detalladamente con la vitamina E, prestando atención a su naturaleza, funciones biológicas y los posibles beneficios de su ingesta adecuada.
¿Qué es la vitamina E?

La vitamina E es un término general para un grupo de ocho compuestos diferentes pero estructuralmente relacionados: cuatro tocoferoles (alfa, beta, gamma y delta) y cuatro tocotrienoles, cada uno de los cuales tiene propiedades antioxidantes en diferente grado.
De estos ocho, el alfa-tocoferol es la forma más bioactiva en humanos y la principal forma que circula en la sangre.
Químicamente, la vitamina E es un antioxidante liposoluble que se acumula en las capas lipídicas de las membranas celulares, donde neutralizalos radicales libres y previene el daño a los lípidos y otros componentes celulares.
Dado que no es sintetizada por el cuerpo humano, debe obtenerse a través de la dieta o suplementos alimenticios.
Gracias a su naturaleza lipofílica (liposoluble), la vitamina E se almacena principalmente en el hígado, el tejido adiposo y las glándulas suprarrenales, lo que permite al cuerpo mantener reservas, pero también requiere atención a la posibilidad de acumulación con una ingesta excesiva.
Propiedades de la vitamina E

La vitamina E posee una serie de propiedades bioquímicas y fisicoquímicas que determinan su papel en el organismo.
Actividad antioxidante
Esta es la propiedad más conocida de la vitamina E. Neutraliza los radicales libres – especies reactivas de oxígeno (ROS) que dañan los lípidos, las proteínas y el ADN.
Además, la vitamina E protege los ácidos grasos poliinsaturados en las membranas celulares de la peroxidación lipídica, actuando como un interruptor de las reacciones de radicales libres.
Liposolubilidad
Como vitamina liposoluble, la vitamina E se absorbe junto con las grasas en el tracto digestivo y se transporta mediante quilomicrones y lipoproteínas. Esto permite su acumulación en las capas lipídicas de las membranas celulares, así como en el tejido adiposo, el hígado y las glándulas suprarrenales.
Potencial regenerativo
La forma oxidada de la vitamina E (radical tocoferoxil) puede ser restaurada a su forma activa por otros antioxidantes, principalmente vitamina C y glutatión. Esto le otorga la capacidad de reutilización, lo que aumenta su eficacia en la protección antioxidante.
Estabilidad e interacciones con otros compuestos
La vitamina E es sensible al calor, la luz y el oxígeno. En presencia de una cantidad excesiva de grasas poliinsaturadas en la dieta, la necesidad de vitamina E aumenta. También interactúa con la vitamina K, ya que en dosis altas puede suprimir la coagulación, y con la vitamina A, apoyando su estabilidad y absorción.
Funciones de la vitamina E en el organismo humano

Gracias a sus propiedades, que ya hemos explorado en el apartado anterior, la vitamina E cumple un amplio espectro de funciones fisiológicas que afectan casi todos los sistemas del cuerpo humano.
Protección de las membranas celulares
Como un antioxidante clave ligado a lípidos, la vitamina E protege las membranas celulares del daño oxidativo. Esto es especialmente importante para células con alto contenido de grasas poliinsaturadas, como neuronas, hepatocitos y células inmunes.
Neuroprotección
En el cerebro, la vitamina E limita el estrés oxidativo, que contribuye a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Se cree que mantiene la integridad de las células nerviosas y apoya la comunicación intercelular.
Apoyo a la función inmunológica

La vitamina E participa en la modulación de la respuesta inmunológica. Apoya la función de los linfocitos T y la producción de anticuerpos, mientras limita la respuesta inflamatoria excesiva. Su deficiencia está asociada con un inmunidad debilitada, especialmente en personas mayores.
Regulación genética
La vitamina E influye en la expresión de ciertos genes, relacionados con la inflamación, la apoptosis y la proliferación celular. Participa en la regulación de enzimas, incluidas las proteincinasas, y puede tener un efecto antiinflamatorio a nivel molecular.
Participación en la síntesis de otras sustancias
Aunque de manera indirecta, la vitamina E apoya la síntesis y estabilidad de la vitamina A, previene la oxidación del colesterol LDL y reduce el riesgo de aterosclerosis. En algunos estudios, se ha observado una influencia sobre las prostaglandinas, sustancias similares a hormonas que participan en la inflamación y el tono vascular.
Rol en la salud reproductiva
El nombre “tocoferol” proviene del griego y significa “portador de nacimiento”. La vitamina E es importante para la fertilidad, la espermatogénesis y la salud de la placenta. En caso de deficiencia, se observan trastornos reproductivos en animales y, en humanos, efectos menos pronunciados pero significativos.
Prueba la 'Vitamina E' de VitaOn
Deficiencia de vitamina E
La deficiencia de vitamina E es relativamente rara en personas sanas con una dieta variada, pero puede desarrollarse en ciertas condiciones que afectan la absorción de grasas o en enfermedades genéticas.
Debido a su naturaleza liposoluble, la vitamina E requiere una absorción eficiente de grasas en el intestino para ser absorbida. Por lo tanto, en enfermedades como la fibrosis quística, la enfermedad de Crohn, celiaquía o colestasis crónica, este proceso puede verse afectado.
Síntomas de la deficiencia de vitamina E

La deficiencia de vitamina E puede afectar varias funciones en el cuerpo.
Aquí están algunos de los síntomas más comunes relacionados con esta deficiencia:
- Trastornos neurológicos: Debilidad muscular, marcha inestable (ataxia), coordinación alterada y pérdida de sensibilidad profunda, especialmente en deficiencias crónicas. Esto se debe a la degeneración de las vainas nerviosas (mielina).
- Degeneración muscular: Miopatía, manifestada como debilidad muscular progresiva.
- Alteraciones visuales: Daño en la retina, que lleva a visión borrosa.
- Inmunidad debilitada: Mayor susceptibilidad a infecciones, especialmente en niños y personas mayores.
- Anemia hemolítica: Especialmente en recién nacidos y bebés prematuros, debido a la destrucción de eritrocitos.
- Retraso en el desarrollo: En niños con deficiencia crónica, pueden observarse alteraciones en el crecimiento y el desarrollo neurológico.
Existen varios grupos de riesgo en los que la deficiencia de vitamina E es significativamente más común en comparación con la población general.
Estos grupos son:
- Bebés prematuros
- Pacientes con trastornos en la absorción de grasas
- Personas con dietas estrictas bajas en grasas
- Pacientes sometidos a nutrición parenteral prolongada (comúnmente en entornos hospitalarios, como unidades de cuidados intensivos).
Dosis diaria recomendada de vitamina E
La ingesta diaria recomendada de vitamina E se expresa como equivalentes de alfa-tocoferol (mg α-TE), la forma más bioactiva en humanos. Las necesidades varían según la edad, el sexo y el estado fisiológico (por ejemplo, embarazo y lactancia).
Grupo de edad |
Dosis recomendada (mg α-TE/día) |
Lactantes 0–6 meses |
4 mg |
Lactantes 7–12 meses |
5 mg |
Niños 1–3 años |
6 mg |
Niños 4–8 años |
7 mg |
Niños 9–13 años |
11 mg |
Adolescentes 14–18 años |
15 mg |
Adultos (hombres y mujeres) |
15 mg |
Mujeres embarazadas |
15 mg |
Mujeres lactantes |
19 mg |
*Tabla de ingesta diaria recomendada de vitamina E
Fuentes de vitamina E
La vitamina E puede obtenerse tanto a través de la dieta como en forma de suplementos alimenticios. Con una dieta equilibrada, generalmente no es necesario un aporte adicional mediante suplementos, salvo en casos específicos que ya hemos mencionado.
Fuentes alimenticias
Los mejores alimentos con vitamina E son los productos vegetales grasos, las nueces y las semillas.
Algunos de los alimentos más ricos en vitamina E incluyen:
- Semillas de girasol
- Almendras
- Avellanas
- Aceites vegetales – de girasol, cártamo, germen de trigo
- Aguacate
- Espinacas y acelgas
- Pimientos rojos
- Pescado – salmón, trucha
Suplementos alimenticios
Los suplementos de vitamina E se ofrecen en varias formas: como cápsulas con alfa-tocoferol natural o sintético, a veces en combinación con otras vitaminas o antioxidantes.
La forma natural suele designarse como d-alfa-tocoferol, mientras que la sintética, como dl-alfa-tocoferol. La forma natural tiene una mayor actividad biológica.
Los suplementos alimenticios se utilizan con mayor frecuencia en:
- Deficiencia comprobada de vitamina E
- Necesidades aumentadas durante el embarazo, el ejercicio, el estrés, entornos contaminados
- Terapia antioxidante para ciertas enfermedades
Efectos secundarios

La vitamina E se considera relativamente segura cuando se toma en las dosis diarias recomendadas. Sin embargo, la ingesta de altas dosis en forma de suplementos alimenticios, especialmente durante un período prolongado, puede provocar efectos no deseados e incluso toxicidad.
Los efectos secundarios más comunes por sobredosis de vitamina E son:
- Náuseas, diarrea y malestar estomacal: Relacionados comúnmente con dosis superiores a 400–800 mg diarios (600–1200 IU).
- Dolor de cabeza y fatiga: Posibles con el uso prolongado de dosis altas.
- Debilidad muscular y visión borrosa: Observados en algunos casos de hipervitaminosis crónica.
- Aumento del riesgo de sangrado: La vitamina E tiene un efecto anticoagulante, especialmente en dosis superiores a 1000 mg diarios, lo que aumenta el riesgo de hemorragias internas, particularmente en personas que toman medicamentos anticoagulantes (por ejemplo, warfarina).
Riesgo aumentado en ciertas condiciones
La ingesta de altas dosis de vitamina E en personas con deficiencia de vitamina K, enfermedades hepáticas o coagulopatías debe realizarse con extrema precaución.
Algunos estudios asocian la ingesta prolongada de grandes cantidades de vitamina E con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico y aumento de la mortalidad general, aunque los datos son contradictorios.
Conclusión
La vitamina E es un antioxidante importante, pero como con cualquier nutriente, el equilibrio es clave.
La sobredosis a través de alimentos es prácticamente imposible, pero la ingesta irrazonable de suplementos puede provocar efectos secundarios graves.
Por lo tanto, siempre consulte a un especialista antes de tomar dosis altas, especialmente si padece enfermedades crónicas o toma medicamentos.
Preguntas frecuentes

¿Es posible sobredosificar la vitamina E a través de los alimentos?
La sobredosis de vitamina E a través de fuentes alimenticias es extremadamente improbable. El riesgo surge principalmente con la ingesta de altas dosis de suplementos durante un período prolongado.
¿Cómo sé si tengo deficiencia de vitamina E?
Los síntomas incluyen debilidad muscular, problemas de coordinación, visión alterada e inmunidad debilitada. Si hay sospechas, es necesario un análisis de laboratorio y una consulta médica.
¿Cuáles son las propiedades principales de la vitamina E?
La vitamina E es un potente antioxidante liposoluble. Estabiliza las membranas celulares, protege los lípidos de la oxidación, participa en la protección contra radicales libres y ayuda a preservar la actividad biológica de otras vitaminas liposolubles.
Fuentes:
https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminE-HealthProfessional/
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