Probablemente la mayoría de los lectores han oído el término “tos ferina”, pero pocos saben que en realidad es el nombre coloquial de una enfermedad grave, concretamente la tos ferina.
En este artículo, te presentaremos el agente causante de la enfermedad, en qué consiste la sintomatología y, sobre todo, por qué es importante seguir estrictamente el calendario de vacunación.
¿Qué es la tos ferina?
La tos ferina, también conocida como tos ferina, es una infección bacteriana altamente contagiosa, causada por la bacteria Bordetella pertussis.
La enfermedad, causada por la bacteria, afecta principalmente el sistema respiratorio, provocando una tos severa y profunda, que puede durar meses. Es áspera, y el sonido después de un ataque de tos, cuando la persona intenta respirar, se asemeja a los sonidos que emite un burro. De ahí proviene el nombre popular de la tos ferina.
Factores de riesgo de la enfermedad
Debido a la gravedad de la enfermedad y la alta infecciosidad de la bacteria, se ha desarrollado una vacuna obligatoria, que forma parte del calendario de inmunización.
Se administra a todos los recién nacidos (en forma de una vacuna combinada: tétanos, difteria, tos ferina) en una serie de 5 dosis separadas. La vacuna se repite en forma de refuerzo solo contra tétanos y tos ferina a los 11-12 años de edad, y en adultos se realiza cada 10 años.
Las mujeres embarazadas deben vacunarse durante cada embarazo.El principal factor de riesgo es omitir la vacunación por negligencia o de manera intencionada.
Otros factores de riesgo pueden ser:
- Edad - los niños menores de 6 meses, que aún no han completado el ciclo de 5 dosis, tienen un riesgo elevado de infección.
- Inmunidad débil - personas inmunosuprimidas y con problemas de salud debido a enfermedades o tratamientos con ciertos medicamentos también tienen mayor probabilidad de infectarse con la bacteria.
- Contacto con una persona infectada.
- Inmunidad específica debilitada - esto ocurre cuando ha pasado un largo período desde la última inmunización.
La prevención de esta enfermedad se basa en la vacunación regular contra la tos ferina.
Formas de propagación de la tos ferina

La tos ferina es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa, que se transmite principalmente por vía aérea.
La infección ocurre más comúnmente a través de uno de los siguientes mecanismos:
- Al toser y bostezar - cuando una persona infectada tose o bosteza, pequeñas gotas que contienen bacterias se dispersan en el aire. Si otra persona las inhala, puede infectarse en ausencia de inmunidad.
- Contacto cercano - las mismas gotas, resultado de los procesos de respiración y exhalación, pueden propagarse a distancias cortas e infectar a través del contacto cercano entre una persona sana y un portador de la enfermedad.
- Tocar superficies contaminadas.
- Esta enfermedad altamente contagiosa es más infecciosa en las primeras etapas, cuando se manifiesta con síntomas similares a los de la influenza y hasta dos semanas después de la aparición de la tos.
Síntomas de la tos ferina
Los síntomas de la enfermedad varían según la etapa de su desarrollo.
La tos ferina atraviesa tres etapas.
Etapa inicial (catarral)
Esta etapa dura de 1 a 2 semanas, y los síntomas se asemejan a los de los resfriados comunes.
Pueden incluir:
- Rinorrea
- Tos leve
- Estornudos
- Fiebre elevada (no más de 38 grados)
- Ojos húmedos y ardientes.
Etapa avanzada (paroxística)
Se desarrollan ataques severos de tos, que pueden ser de larga duración. Después de un ataque, la persona queda “sin aire”, y los bronquios espasmódicos dificultan el proceso de inhalación, por lo que los enfermos emiten un sonido similar a un rebuzno de burro.
Durante este período, se producen grandes cantidades de flemas y secreciones mucosas, y después de los ataques, los pacientes a menudo vomitan. Los episodios de tos son muy agotadores para los pacientes.
Etapa de recuperación (reconvaleciente)
En esta etapa, los síntomas disminuyen gradualmente, pero aún pueden presentarse episodios de tos incluso meses después.
La tos ferina es especialmente peligrosa para los recién nacidos y los niños pequeños, y en algunos casos puede ser mortal.
Posibles complicaciones
La tos ferina es una enfermedad grave que, sin tratamiento, tiene un amplio rango de posibles complicaciones. Estas dependen mucho de la edad de los infectados, siendo los niños pequeños y los recién nacidos los que tienen el mayor riesgo de desarrollar formas graves de complicaciones.
Esto es lo que puedes esperar en un desarrollo desfavorable de la enfermedad:
- Apnea (cese de la respiración) - puede ocurrir después de un episodio de tos y en niños más pequeños es potencialmente mortal.
- Neumonía - la infección respiratoria puede “descender” hacia los pulmones y provocar una inflamación grave, que puede ser causada tanto por Bordetella pertussis como por una infección secundaria.
- Convulsiones - son consecuencia de una nutrición cerebral reducida y, principalmente, de una disminución en el suministro de oxígeno durante los ataques.
- Encefalopatía - daño cerebral causado por períodos prolongados de apnea y convulsiones, en los que mueren las neuronas cerebrales. Esta condición es permanente y conduce a graves discapacidades cognitivas y motoras neurológicas.
- Deshidratación y pérdida de peso - los ataques de tos a menudo provocan vómitos, lo que interfiere con la alimentación y, al mismo tiempo, aumenta la pérdida de líquidos y electrolitos.
- Fracturas de costillas - una condición menos común, característica de personas mayores con huesos más frágiles.
- Incontinencia urinaria - el control alterado sobre los reservorios pélvicos puede observarse tanto en niños como en personas mayores.
- Infecciones de oído - inflamaciones del oído medio, más comunes en niños. Pueden provocar pérdida auditiva temporal o permanente.
- Muerte - a nivel mundial, las estadísticas muestran una mortalidad de aproximadamente el 1-2% en recién nacidos infectados con la bacteria.
La vacunación temprana y el tratamiento con los antibióticos adecuados son clave para la prevención y el tratamiento de la enfermedad.
Diagnóstico y pruebas
El diagnóstico de la enfermedad se realiza en base a los síntomas del paciente, que deben ser confirmados por las pruebas de laboratorio correspondientes.
En la etapa inicial, un clínico inexperto puede ser fácilmente engañado debido a la similitud entre los síntomas de la tos ferina y los de otros resfriados similares a la influenza y las infecciones de las vías respiratorias. Por eso, además de la evaluación clínica, es necesario aislar el agente causante de la enfermedad infecciosa, lo que proporcionará una guía para el tratamiento.
La evaluación clínica se realiza mediante la obtención de una historia clínica detallada del paciente, seguida de un examen físico.
Ante la sospecha de tos ferina, el especialista médico puede ordenar las siguientes pruebas de laboratorio:

- Toma de secreción nasofaríngea o de garganta - el material biológico recolectado debe cultivarse en diferentes medios, siendo este el método más seguro para identificar el agente causante. Las desventajas están relacionadas con el hecho de que toma varios días y se pierde tiempo valioso. Por eso, para este agente bacteriano se ha desarrollado una prueba de PCR, que significa reacción en cadena de la polimerasa. Esta detecta y diferencia rápidamente y con precisión el material genético de la bacteria.
- Análisis de sangre - se toma una muestra de sangre para medir los niveles de glóbulos blancos y también para seguir los niveles de CRP, una proteína importante que indica los niveles de inflamación en el cuerpo.
- Pruebas serológicas - miden la presencia de anticuerpos contra la bacteria, siendo este test relevante en las etapas posteriores de la enfermedad para establecer la inmunidad contra Bordetella.
- Radiografía de tórax - esta prueba de imagen de los pulmones tiene como objetivo mostrar si la infección ha alcanzado los niveles inferiores del sistema respiratorio y si hay neumonía presente.
El diagnóstico de la enfermedad requiere suficiente experiencia clínica por parte del médico, así como un buen juicio. La confirmación de la enfermedad y la identificación del agente causante son de especial importancia para el desarrollo y la reducción del riesgo de complicaciones y muerte.
Tratamiento de la tos ferina
El tratamiento de la enfermedad implica el uso de diferentes enfoques con el objetivo de eliminar las infecciones y prevenir complicaciones.
Dado que se trata de una infección bacteriana, el tratamiento principal se basa en el uso de antibióticos, siendo los de la familia de los macrólidos (azitromicina, claritromicina, eritromicina) los de primera elección. En caso de alergias a este grupo, se utiliza trimetoprim-sulfametoxazol.
En casos más graves, especialmente en niños pequeños, se mantiene una hidratación adecuada mediante la infusión de soluciones salinas, humidificación del aire.
El uso de antitusivos también es una buena forma de reducir los síntomas de la enfermedad. Los antipiréticos (medicamentos para bajar la fiebre) y la oxigenoterapia son una parte fundamental del tratamiento complementario.
La hospitalización de los pacientes que padecen tos ferina es casi obligatoria, especialmente cuando se trata de niños. La observación hospitalaria, la hidratación y la infusión de antibióticos intravenosos son significativamente más efectivas que el tratamiento domiciliario y la terapia oral. En condiciones hospitalarias, también hay un control mucho mejor y la posibilidad de reaccionar en caso de complicaciones graves.
Cuándo consultar a un médico

A menudo, las personas pueden ignorar los síntomas de un resfriado o condiciones leves similares a la influenza. Dado que la tos ferina afecta con mayor frecuencia a los niños pequeños, los padres raramente pasan por alto los signos preocupantes de cualquier enfermedad, desde un resfriado inofensivo hasta la tos ferina.
Cuando se trata de niños, cualquier condición en la que se mantiene una fiebre alta es motivo de preocupación y consulta con un médico. La tos ronca y agotadora es otro síntoma que no pasa desapercibido y, incluso para una persona inexperta, la diferencia con una tos común es más que evidente.
Si en algún momento durante un ataque de tos sientes que tú o tu hijo dejan de respirar y/o desarrollan cianosis en los labios y la cara (cianosis), esto también es un signo alarmante que requiere atención médica.
A pesar de que comienza con síntomas similares a los de la influenza, la tos ferina es una enfermedad bastante específica y rara vez las personas no se dan cuenta de que el problema al que se enfrentan es más grave.
Preguntas frecuentes

¿Qué es la tos ferina?
La tos ferina es el nombre popular de la enfermedad infecciosa “tos ferina”, causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se manifiesta con ataques severos de tos, dificultad para respirar y fiebre.
¿Qué grupo de personas está más en riesgo de la enfermedad?
Los niños pequeños, los recién nacidos y las personas mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad y sus complicaciones.
¿Cómo se trata la enfermedad?
El tratamiento antibiótico es la primera y única opción para la infección bacteriana que causa la tos ferina.
1 comentario
Прочетох статията с голям интерес. Обяснено е много ясно как се диагностицира заболяването и какви са начините за лечение.
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