La vitamina A es una de las vitaminas liposolubles más importantes para el organismo humano. Participa en numerosos procesos vitales, desde el mantenimiento de la visión y el sistema inmunológico hasta la salud de la piel, las mucosas y los órganos reproductivos.
A pesar de esto, su deficiencia sigue siendo un problema grave en muchas partes del mundo, no solo en los países en desarrollo, sino también entre personas con enfermedades crónicas, malabsorción o dietas restringidas.
En este artículo, exploraremos qué sucede cuando el cuerpo sufre una deficiencia de vitamina A. Qué órganos se ven afectados, qué enfermedades pueden desarrollarse y cómo reconocer las primeras señales de advertencia.
4 Enfermedades por falta de vitamina A

1. Eczema
El eczema (dermatitis atópica) es una condición inflamatoria de la piel que se manifiesta con piel seca, picazón, enrojecimiento, descamación y, a veces, grietas en la piel. A menudo tiene un curso crónico con períodos de exacerbación.
La vitamina A (en particular el retinal y el ácido retinoico) regula el proceso de diferenciación de las células epiteliales, que incluye las células de la piel, las mucosas y las glándulas.
Con una deficiencia de vitamina A:
- Se reduce la producción de sebo cutáneo saludable (capa protectora de lípidos).
- Se altera la renovación de las células de la piel, lo que lleva a la acumulación de células muertas y una mayor sequedad.
- La función de barrera de la piel se debilita: la piel se vuelve más susceptible a irritantes, alérgenos y microorganismos.
- La respuesta inmune de la piel se vuelve más impredecible, con una mayor probabilidad de inflamación.
Como resultado, la ciencia ha establecido una mayor propensión al desarrollo de lesiones eczematosas, un curso más grave y una recuperación más lenta de la piel.
2. Pérdida de visión

La deficiencia de vitamina A es una de las principales causas de ceguera reversible en el mundo. Inicialmente se manifiesta con ceguera nocturna, pero con una deficiencia severa y prolongada puede conducir a cambios degenerativos en la córnea y ceguera.
El retinal (una forma de vitamina A) es un componente clave del rodopsina, un pigmento fotosensible en las células en bastón de la retina, que es crítico para la visión nocturna.
Con una deficiencia de vitamina A, la síntesis de rodopsina disminuye, lo que resulta en un deterioro de la visión en condiciones de poca luz.
Una deficiencia prolongada de vitamina A conduce a xeroftalmía, sequedad de la conjuntiva y la córnea, pérdida de secreción lagrimal, aparición de manchas de Bitot y riesgo de úlceras y perforación de la córnea.
Como resultado, se observan trastornos que van desde la ceguera nocturna hasta daño estructural en el ojo y pérdida irreversible de la visión.
3. Infertilidad
La infertilidad es una condición caracterizada por la incapacidad de concebir después de 12 meses de actividad sexual regular sin métodos anticonceptivos. Puede ocurrir en hombres, mujeres o ambos partenaires.
La vitamina A es crucial para las funciones de las gónadas y los tejidos epiteliales reproductivos; en los hombres, el ácido retinoico regula la espermatogénesis en los testículos. La deficiencia, por su parte, conduce a una producción reducida de espermatozoides viables (oligozoospermia) y alteraciones en la morfología.
En las mujeres, la vitamina A participa en la regulación de la ovulación, la proliferación celular en el endometrio y la función del cuerpo lúteo; la deficiencia puede alterar la implantación y el desarrollo del feto.
El resultado en ambos sexos es una fertilidad comprometida y un mayor riesgo de complicaciones reproductivas.
4. Acné
El acné (acné vulgar) es una enfermedad inflamatoria crónica de las glándulas sebáceas, que conduce a la aparición de comedones, espinillas y nódulos inflamados, más comúnmente en la cara, la espalda y el pecho.
La vitamina A juega un papel importante en la homeostasis de la piel al regular la diferenciación de las células cutáneas en los poros y las glándulas sebáceas, previniendo así su obstrucción con células muertas y sebo.
Además, tiene un efecto antiinflamatorio y reduce la reacción a las bacterias que causan inflamación (por ejemplo, C. acnes).
Sin embargo, con una deficiencia de vitamina A, se altera el equilibrio entre la secreción de sebo y la exfoliación, lo que resulta en poros obstruidos y una inflamación más profunda.
Como resultado de estos procesos, la piel se vuelve más propensa al acné, y el acné existente puede volverse más persistente y afectar las capas más profundas de la piel (acné quístico).
La relación entre la vitamina A y la salud reproductiva

Esta vitamina juega un papel importante en el sistema reproductivo de ambos sexos. Su forma activa, el ácido retinoico, regula numerosos genes relacionados con la maduración celular, la diferenciación y el desarrollo de los órganos sexuales. Su deficiencia puede causar graves alteraciones en la fertilidad y provocar complicaciones durante el embarazo.
En los hombres, la vitamina A es indispensable para una espermatogénesis normal. Con niveles insuficientes de retinoides, se observan niveles reducidos de espermatozoides móviles y maduros, una calidad de esperma deteriorada y una morfología alterada.
En casos más graves, su falta conduce a la atrofia de los túbulos seminíferos e incluso a una infertilidad irreversible debido a una diferenciación alterada de las células espermatogénicas.
El sistema reproductivo femenino también depende en gran medida de una ingesta adecuada de vitamina A. Esta regula la ovulación, la función del cuerpo lúteo y la producción de la hormona progesterona.
El ácido retinoico participa en la preparación del endometrio para la implantación, apoyando la división celular y la resistencia de la mucosa uterina. Con una deficiencia, pueden observarse problemas con la ovulación, dificultades en la implantación del embrión y un mayor riesgo de aborto espontáneo.
Además, durante el embarazo, la falta de vitamina A está asociada con anomalías en el desarrollo fetal, parto prematuro y complicaciones para la madre.
Por último, esta vitamina mantiene la salud de los tejidos epiteliales en el sistema reproductivo, incluyendo la vagina, el cuello uterino, las trompas de Falopio, los túbulos seminíferos y la próstata. Estos tejidos requieren una renovación constante y protección contra infecciones, un proceso en el que los retinoides juegan un papel directo.
Por lo tanto, ante sospechas de infertilidad, desequilibrio hormonal o problemas con el ciclo menstrual, siempre se deben considerar posibles deficiencias nutricionales, incluida la de vitamina A.
La relación entre la vitamina A y el desarrollo infantil

La vitamina A es vital para el desarrollo adecuado del niño desde las primeras etapas del embarazo. Participa en los procesos de división celular, diferenciación y crecimiento, que son clave para la formación de todos los órganos y sistemas del cuerpo. Su papel es especialmente importante para el desarrollo de los ojos, la piel, el sistema inmunológico y las vías respiratorias.
Durante el período embrionario y fetal, un nivel adecuado de vitamina A asegura el desarrollo normal del sistema cardiovascular, los pulmones, el esqueleto y el sistema nervioso central. Su deficiencia puede llevar a malformaciones congénitas, desarrollo alterado del sistema visual y una respuesta inmune reducida, lo que aumenta el riesgo de infecciones y retrasos en el crecimiento.
Tras el nacimiento, la vitamina A sigue desempeñando un papel esencial para el crecimiento y la salud del niño. Apoya la restauración y el mantenimiento de los tejidos epiteliales, que protegen al cuerpo de influencias externas, así como la función adecuada del sistema inmunológico, lo cual es especialmente importante durante los primeros años, cuando el niño es más vulnerable a las enfermedades.
En resumen, la vitamina A es un factor indispensable para el desarrollo saludable del niño y su protección contra enfermedades. Su deficiencia durante el embarazo o en la primera infancia puede tener consecuencias graves y duraderas en el desarrollo mental y conducir a un retraso en el desarrollo físico.
La relación entre la vitamina A y la inmunidad

La vitamina A es uno de los micronutrientes clave que apoyan el funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Juega un papel esencial en el mantenimiento de la integridad y la función de la piel y las mucosas, que son la primera barrera contra la entrada de patógenos en el cuerpo. Sin niveles adecuados de vitamina A, estas estructuras protectoras se vuelven más sensibles y fácilmente permeables a virus y bacterias.
Además, esta vitamina regula la actividad de varias células inmunes, incluyendo los linfocitos T y B, que son responsables de reconocer y destruir agentes dañinos.
La falta de vitamina A reduce la capacidad del cuerpo para responder eficazmente a las infecciones, debilitando tanto la inmunidad innata como la adquirida.
También apoya la producción de anticuerpos, que son clave para la protección a largo plazo contra enfermedades. Con una deficiencia de vitamina A, el riesgo de infecciones graves y enfermedades prolongadas aumenta significativamente, especialmente en niños y adultos con una protección inmune débil.
Por estas razones, la vitamina A es importante no solo para prevenir problemas de piel y ojos, sino también para mantener un sistema inmunológico saludable y eficaz que pueda enfrentar los desafíos diarios del entorno.
Prevención y medidas oportunas

La prevención oportuna de la deficiencia de vitamina A es clave para preservar la salud y prevenir las enfermedades asociadas.
Para evitar consecuencias graves, es importante garantizar una ingesta adecuada de esta vitamina a través de una dieta equilibrada rica en verduras, frutas, productos lácteos, huevos y carne. La inclusión de alimentos como zanahorias, espinacas, batatas, hígado y otras vísceras ayuda a mantener niveles óptimos de vitamina A.
En casos en que la dieta no es suficiente, especialmente en necesidades aumentadas como el embarazo, la lactancia o ciertas enfermedades, se recomienda la ingesta de suplementos alimenticios con vitamina A bajo supervisión médica.
Los exámenes preventivos regulares y los análisis de laboratorio pueden detectar signos tempranos de deficiencia y orientar hacia una terapia oportuna.
Además, es importante prestar atención a un estilo de vida saludable y evitar factores que puedan alterar la absorción de vitamina A, como enfermedades intestinales crónicas o el abuso de alcohol.
Las medidas oportunas y una prevención adecuada no solo reducen el riesgo de desarrollar enfermedades graves, sino que también mejoran la calidad de vida general y la salud a largo plazo.
Preguntas frecuentes

¿Puede la falta de vitamina A causar eczema?
La falta de vitamina A puede contribuir a la aparición de eczema y, en casos de una condición preexistente, puede provocar su exacerbación.
¿Es importante la vitamina A para la salud reproductiva?
La vitamina A tiene un papel importante en la salud reproductiva tanto en hombres como en mujeres. Participa en los procesos relacionados con el funcionamiento normal de los órganos sexuales y la reproducción.
¿Es importante la vitamina A para el desarrollo de los niños?
La deficiencia de vitamina A en la infancia puede retrasar el crecimiento, debilitar el sistema inmunológico y alterar el desarrollo de la visión y otras funciones vitales.
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