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Síndrome del intestino irritable: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Синдром на раздразненото черво: Симптоми, диагностика и лечение
  1. ¿Qué es el síndrome del intestino irritable?
  2. Causas del desarrollo del SII
  3. Suplementos adecuados para el intestino irritable
  4. Síntomas del intestino irritable
  5. Reconocimiento temprano de la condición
  6. Enfermedades relacionadas
  7. Complicaciones
  8. Posibilidades de tratamiento
  9. Cuándo visitar al médico
  10. Preguntas frecuentes

El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno común del sistema digestivo. Representa un problema funcional de los intestinos, especialmente del intestino grueso (colon).

Esta condición, también conocida como síndrome del colon irritable, causa síntomas como dolor abdominal, calambres, hinchazón y alteraciones en la evacuación. Se manifiesta con mayor frecuencia con diarrea frecuente o heces no formadas.

Menta - tintura madre

A pesar de que no causa daños morfológicos en los intestinos ni representa un peligro grave para la salud, esta condición puede afectar significativamente la calidad de vida y causar molestias constantes.

En este artículo, te presentaremos las causas, los síntomas y las formas de manejar eficazmente esta molesta condición. También prestaremos atención a la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas por ella.

¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El síndrome del intestino irritable es un trastorno gastrointestinal funcional crónico.

Se caracteriza por:

  • Dolor abdominal recurrente y molestias

  • Hinchazón

  • Gases

  • Alteraciones en la evacuación como diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos.

Los síntomas de esta condición están presentes sin que existan diferencias estructurales, inflamatorias o bioquímicas respecto a la norma, y con el tiempo pueden cambiar en intensidad y naturaleza.

La ciencia moderna considera esta condición como el resultado de una alteración en la conexión entre el cerebro y los intestinos.

Los factores principales incluyen problemas con la motilidad intestinal, una mayor sensibilidad de los intestinos (hipersensibilidad visceral), desequilibrio en el microbioma intestinal y la influencia del estrés psicológico.

Causas del desarrollo del SII

Las causas del desarrollo del síndrome no están establecidas con absoluta certeza, pero los científicos creen que la condición es el resultado de la acción combinada de diversos factores que alteran el funcionamiento adecuado del tracto gastrointestinal y su interconexión con el cerebro.

A continuación, se presentan las principales causas y factores contribuyentes que, según la medicina, están detrás de esta condición.

Alteración en la regulación del eje cerebro-intestino

El cerebro y los intestinos están en comunicación constante, que se lleva a cabo gracias a un sistema complejo de nervios y señales bioquímicas. Las alteraciones en este eje pueden provocar cambios en la motilidad, mayor sensibilidad al dolor y alteraciones en el ritmo de la defecación.

Motilidad anormal del tracto gastrointestinal

La motilidad anormal del tracto gastrointestinal es una condición en la que la actividad muscular normal del tracto gastrointestinal está alterada.

Esto puede llevar a problemas como:

  • Tránsito intestinal acelerado: Provoca un síndrome con predominio de diarrea

  • Tránsito intestinal ralentizado: Provoca un síndrome con predominio de estreñimiento

  • Motilidad intestinal descoordinada: Puede causar dolores y calambres y alternancia entre estreñimiento y diarrea.

Hipersensibilidad visceral

La hipersensibilidad visceral representa una mayor sensibilidad de los nervios responsables de la inervación de los órganos internos.

Las personas que padecen el síndrome a menudo tienen una percepción aumentada de dolor y molestias hacia estímulos que de otro modo serían normales, como la presencia de gases o heces en los intestinos.

Alteraciones en la microbiota intestinal (microflora)

Según estudios recientes, las alteraciones en el equilibrio de las bacterias intestinales (disbiosis) pueden ser una causa principal del desarrollo del síndrome del intestino irritable.

Algunas bacterias liberan mayores cantidades de gases y toxinas como subproducto de su metabolismo. Esto puede provocar una reacción inflamatoria e irritación, que altera las funciones normales de los intestinos.

Síndrome post-infeccioso del intestino irritable

El síndrome puede desarrollarse tras haber padecido una gastroenteritis (de origen bacteriano o viral), en la cual la inflamación y las alteraciones en la flora intestinal pueden persistir mucho después de que la infección haya sido controlada.

Inflamación de bajo grado

Aunque el síndrome del intestino irritable no se caracteriza por cambios inflamatorios visibles como en las enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), en algunas personas con el síndrome se han encontrado activación inmune de bajo grado y niveles elevados de ciertos marcadores inflamatorios.

Hipersensibilidad alimentaria e intolerancias

Algunos alimentos pueden empeorar los síntomas en ciertas personas con hipersensibilidad o intolerancias alimentarias, por lo que deben evitarse.

Estos alimentos incluyen:

  • Oligosacáridos fermentables, disacáridos (azúcar, lactosa), monosacáridos y alcoholes de azúcar (polioles)

  • Gluten, incluso cuando no se ha demostrado celiaquía o intolerancia al gluten

  • Alimentos grasos y picantes

  • Café y alcohol

Estrés y factores psicológicos

El estrés, la ansiedad y los estados depresivos pueden empeorar los síntomas de la condición. Se considera que la tensión nerviosa tiene un impacto directo y negativo en el sistema digestivo.

Cambios hormonales

Algunas hormonas en las mujeres, como el estrógeno, la progesterona y la prolactina, y sus fluctuaciones alrededor del ciclo menstrual mensual pueden empeorar la condición.

Además, hay evidencia de que las hormonas tiroideas, el cortisol y las hormonas sexuales (en hombres) también son relevantes para el desarrollo y la exacerbación del síndrome.

Factores genéticos y antecedentes familiares

Los antecedentes familiares de síndrome del intestino irritable u otros trastornos funcionales pueden aumentar el riesgo individual, aunque no se han identificado genes específicos.

Cada individuo y caso de síndrome del intestino irritable son únicos y pueden diferir en los síntomas, su intensidad y los factores que los exacerban.

Suplementos adecuados para el intestino irritable

Síntomas del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable puede manifestarse con diversos síntomas, que varían en intensidad y difieren de una persona a otra.

Sin embargo, la condición se caracteriza por ciertos síntomas específicos que a veces son suficientes para establecer un diagnóstico.

Los signos y síntomas más comunes son:

  • Dolor abdominal y calambres cólicos: Es más común en la mitad inferior del abdomen y en el flanco abdominal izquierdo (donde se encuentran el colon descendente y sigmoide). Los dolores pueden ser sordos, agudos o espásticos, y también varían en intensidad. En algunos casos, ocurren en oleadas, y en casos más raros, pueden ser casi constantes y crónicos. Generalmente, se alivian al liberar gases o tras la defecación.

  • Hinchazón y distensión: Un gran porcentaje de las personas afectadas reportan una sensación de hinchazón y estiramiento de los intestinos en el abdomen, que generalmente se intensifica un tiempo después de comer y empeora a medida que avanza el día. La sensación está relacionada con la acumulación de gases en los intestinos, que estiran el lumen intestinal y causan molestias.

  • Diarrea: Las evacuaciones frecuentes de heces líquidas o poco formadas son un síntoma muy común en el síndrome. A menudo, las personas sienten una necesidad urgente de defecar inmediatamente después de comer, cuando se activa la peristalsis intestinal.

  • Estreñimiento: En otras personas, el síndrome se presenta con quejas de estreñimiento, con evacuaciones duras que pasan con dificultad por las secciones del intestino grueso. Las evacuaciones pueden estar asociadas con dolores severos en el ano, así como una sensación de defecación incompleta.

  • Alternancia de estreñimiento y diarrea: En otras formas del síndrome, pueden observarse episodios de alternancia entre estreñimiento y diarrea (síndrome del intestino irritable - M).

  • Mucus en las heces: Aunque es menos común que en otras enfermedades intestinales, en algunas personas con síndrome del intestino irritable (SII) puede haber mucus en las heces. En este caso, es un síntoma inofensivo, pero puede ser preocupante para el individuo.

  • Fatiga y molestias después de comer: Es especialmente común después de consumir alimentos que desencadenan crisis (alimentos desencadenantes).

  • Náuseas: Este es un síntoma mucho menos común, pero algunas personas lo reportan, especialmente durante una crisis. Las náuseas se atribuyen principalmente al dolor y tienen un carácter reflejo.

náuseas y dolor abdominal

Reconocimiento temprano de la condición

El reconocimiento temprano es importante para el individuo y ayuda a un manejo más fácil y efectivo de los síntomas, reducir la frecuencia de exacerbaciones y mejorar la calidad de vida en general.

Aunque el síndrome del colon irritable se considera una condición crónica, su manejo adecuado mediante dieta, cambios en el estilo de vida y la ingesta de suplementos y medicamentos puede reducir significativamente la gravedad de sus manifestaciones y sus consecuencias.

Si sospechas que padeces esta molesta condición de salud, es importante que consultes a un especialista, como un gastroenterólogo, especialmente si los síntomas persisten durante mucho tiempo.

Un tratamiento adecuado puede contribuir mucho a mantener una vida sin síntomas y con un mínimo de molestias relacionadas con el síndrome del intestino irritable.

Enfermedades relacionadas

El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional que no causa daños estructurales en el tracto digestivo.

Sin embargo, puede coexistir o estar relacionado con otras condiciones y enfermedades. A continuación, se presentan algunas de las condiciones que a menudo se asocian con el síndrome del intestino irritable (SII).

Trastornos de la salud mental

Con bastante frecuencia en la práctica clínica, el síndrome del intestino irritable se asocia con ansiedad y depresión. El eje cerebro-intestino juega un papel significativo en esto, ya que el estrés puede agravar y exacerbar los síntomas de manera significativa, y viceversa: el SII puede generar un estrés considerable y malestar.

Las estadísticas muestran que las condiciones asociadas al estrés, como la ansiedad y el trastorno de pánico, son comunes en pacientes con síndrome del intestino irritable.

Fibromialgia

Esta condición crónica, caracterizada por dolores musculares, fatiga y un umbral bajo para el dolor, es común en personas con SII, ya que ambas condiciones pueden compartir un mecanismo similar: una percepción alterada del dolor.

Síndrome de fatiga crónica (SFC)

El síndrome de fatiga crónica (SFC) a menudo coexiste con el síndrome del intestino irritable.

Esta conexión se explica por una regulación alterada del sistema nervioso, que afecta tanto la función intestinal como los niveles de energía en el cuerpo. La interacción entre el cerebro y los intestinos juega un papel importante en ambas condiciones, lo que las hace comunes en los mismos pacientes.

Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado

Esta es una condición en la que se observa un crecimiento bacteriano excesivo en las secciones superiores de los intestinos, lo que puede provocar hinchazón, dolores y diarrea.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

La ERGE es una condición que se caracteriza por el paso del contenido estomacal desde el estómago hacia el esófago, lo que puede causar ardor y dolor detrás del esternón, náuseas y vómitos. A menudo, esta condición va de la mano con el SII.

Disfunción del suelo pélvico

La disfunción del suelo pélvico se caracteriza por una peristalsis dificultosa en las secciones más bajas del sistema digestivo (recto y ano) o incontinencia urinaria (incapacidad para retener la orina, lo que lleva a una micción prematura).

Puede observarse en personas con SII, especialmente en aquellas que padecen la forma predominante de estreñimiento.

Intolerancias o alergias alimentarias

En un alto porcentaje de pacientes con SII se observan intolerancias a alimentos y nutrientes específicos, como la lactosa (azúcar de la leche) y el gluten (proteína que se encuentra en los cereales), cuya ingesta puede exacerbar significativamente la condición.

Complicaciones

síntomas y reconocimiento temprano

La principal consecuencia, que siempre es válida en el SII, es la disminución de la calidad de vida, debido a los síntomas extremadamente molestos que persisten con el tiempo. Estos pueden dañar significativamente la rutina diaria, la eficiencia laboral y los contactos sociales.

La salud mental y emocional son un aspecto importante de la vida de cualquier persona, y en presencia de una condición como esta, la incomodidad constante y la preocupación por una posible manifestación en un momento o lugar inconveniente pueden tener consecuencias desagradables.

La presencia de este problema puede llevar a personas más lábiles a un aislamiento psicosocial y depresión.

Además del impacto significativo en el estado psicoemocional y la eficiencia, el SII puede provocar la aparición de trastornos orgánicos, aunque el síndrome en sí no está directamente relacionado con ellos.

Aquí están:

  • Prolapso rectal: Una condición extremadamente desagradable que solo puede controlarse mediante intervención quirúrgica, en la que el recto prolapsa desde el ano. La causa es el esfuerzo constante durante la defecación y el debilitamiento del aparato muscular del esfínter con el tiempo. A pesar de la posibilidad de corrección quirúrgica, a menudo se observan recidivas, lo que es extremadamente desalentador para el paciente.

  • Hemorroides: El estreñimiento o la diarrea crónica provocan irritación del plexo hemorroidal y complicaciones clínicas como dolor e irritación en la zona del ano, así como sangrado rectal.

  • Sensibilidad aumentada y umbral de dolor reducido

  • Deficiencias nutricionales: Las restricciones dietéticas impuestas a los pacientes con SII pueden llevar al desarrollo de diversas deficiencias nutricionales. Además, el miedo a consumir alimentos puede llevar a algunas personas a desarrollar problemas psicológicos relacionados con la alimentación, como la anorexia.

  • Enfermedades secundarias: El estrés crónico y la reacción inflamatoria de bajo grado asociada con el SII pueden contribuir al desarrollo de problemas secundarios como trastornos del sueño y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, debido a una desregulación persistente del sistema nervioso autónomo sistema nervioso.

La detección temprana de la condición y el establecimiento de un diagnóstico claro y preciso son clave para un manejo más adecuado y oportuno de los síntomas desagradables, con el objetivo de prevenir la alteración de la calidad de vida.

Con mayor frecuencia, la condición se diagnostica en base a los síntomas presentes y la exclusión de otras enfermedades.

Análisis de la condición

Diagnóstico y pruebas

El primer paso es realizar un análisis detallado y una observación de los síntomas. Si síntomas como dolores abdominales persistentes, hinchazón, estreñimiento o diarrea persisten durante más de tres meses y no se identifican otros problemas digestivos, puede sospecharse la presencia del síndrome del intestino irritable.

Método de exclusión

A menudo, los especialistas diagnostican el SII después de haber descartado la presencia de otras enfermedades potenciales con síntomas similares, como la enfermedad de Crohn, la colitis crónica y otras.

Pueden ordenarse pruebas de laboratorio, muestras fecales y, si es necesario, una colonoscopia. La colonoscopia es el estándar de oro en el diagnóstico de enfermedades del colon. En ausencia de cambios morfológicos en los intestinos, un endoscopista experimentado se orientará rápidamente hacia un diagnóstico de SII.

El método de exclusión puede incluir cambios en la dieta y el estilo de vida, y los resultados positivos pueden inclinar la balanza hacia el establecimiento del diagnóstico.

El diagnóstico clínico se facilita también por la introducción de la clasificación internacional “Criterios de Roma IV”.

Esta se basa en el seguimiento de síntomas específicos como dolores abdominales y cambios en el ritmo de la defecación, que persisten al menos un día a la semana durante los últimos tres meses y comenzaron al menos seis meses antes del diagnóstico.

Estos criterios también incluyen particularidades como el alivio tras la defecación y otras.

Posibilidades de tratamiento

El tratamiento del SII incluye, en primer lugar, la introducción de cambios en la dieta y el estilo de vida, ya que, como ya hemos aclarado, no se trata de una enfermedad.

Cambios en la dieta

Fatiga y molestias después de comer

Los cambios en la dieta deben estar orientados a seguir la llamada dieta FODMAP, lo que implica evitar alimentos fermentables ricos en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles (dulces, alcoholes).

En la práctica, esto incluye evitar el consumo de alimentos y bebidas como:

  • Cebolla

  • Ajo

  • Cultivos de trigo y legumbres

  • Productos lácteos

  • Frutas demasiado ricas en fructosa, como manzanas y peras

  • Alimentos refinados endulzados con sorbitol, maltitol y glicerol

  • Especias picantes

La reducción del alcohol y la cafeína también es importante, aunque no están incluidos en la sigla FODMAP.

Reducción del estrés

Reducir la tensión nerviosa mediante la dedicación de suficiente tiempo para el descanso y la relajación y actividades que alivien el estrés acumulado es también un paso importante en la lucha contra el SII.

Ingesta de probióticos para el intestino irritable

Los probióticos tienen un buen efecto general en la salud intestinal, y los nuevos estudios consideran que participan activamente en la regulación del eje cerebro-intestino.

Cuándo visitar al médico

Si los síntomas mencionados anteriormente persisten o aparecen complicaciones, es importante buscar ayuda médica. Síntomas como evacuaciones con moco o sangre, dolores abdominales intensos, pérdida de peso inexplicable o fatiga severa requieren una evaluación cuidadosa.

El objetivo es determinar la causa exacta y descartar otras enfermedades más graves del tracto gastrointestinal o del estado de salud general.

Preguntas frecuentes

Preguntas frecuentes

¿Se diferencia el SII de las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino?

Existen diferencias y son bastante serias. La principal diferencia es que en el síndrome del intestino irritable no hay daño estructural en órganos y tejidos, mientras que en las enfermedades inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn o la colitis crónica, se observan cambios estructurales y funcionales graves en los intestinos y existe un riesgo de complicaciones potencialmente mortales.

¿Qué medicamentos para el intestino irritable pueden tomarse para aliviar la condición?

Los medicamentos pueden aliviar temporalmente los síntomas, pero no “curar” la condición. Nuestro consejo es que te enfoques en cambiar los hábitos alimenticios y el estilo de vida, en lugar de recurrir a medicamentos de cualquier tipo.

¿Qué otras condiciones o enfermedades son características en combinación con el SII?

Estas son condiciones como el reflujo gastroesofágico y desviaciones psíquicas ansiosas/depresivas.

Fuentes

https://www.nhs.uk/conditions/irritable-bowel-syndrome-ibs/
https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/irritable-bowel-syndrome/symptoms-causes/syc-20360016

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