La infección viral ocurre cuando un virus ingresa al organismo, penetra en las células y comienza a reproducirse. A diferencia de las bacterias, los virus no pueden reproducirse de manera independiente: utilizan la maquinaria celular del huésped.
Tras la infección, las células pueden ser dañadas o destruidas, lo que lleva a diversos síntomas, que son tanto consecuencia de la acción del virus como de la reacción inmune del organismo.
Al momento de escribir este artículo, según la OMS y otras fuentes confiables, se han identificado 219 especies virales patógenas para humanos. Estos pueden afectar órganos y sistemas específicos, siendo casi todos susceptibles de daño, dependiendo del agente viral específico.
Te presentamos los principales tipos de infecciones virales en humanos, cómo se desarrollan y en qué se diferencian.
Infecciones virales respiratorias
Estas infecciones afectan las vías respiratorias: nariz, garganta, bronquios y pulmones. Se transmiten principalmente por vía aérea.
Los virus más comunes son los rinovirus, virus de la influenza (Influenza A y B), coronavirus (incluyendo SARS-CoV-2), RSV y adenovirus.
Los síntomas pueden variar, pero comúnmente incluyen secreción nasal, congestión nasal, tos, dolor de garganta, fiebre, dificultad para respirar, dolores musculares y fatiga.
Infecciones virales gastrointestinales
Estos virus atacan el sistema digestivo y se transmiten principalmente a través de alimentos, agua contaminada o contacto con superficies infectadas.
Entre los principales culpables están los norovirus, rotavirus, adenovirus tipo 40/41 y astrovirus. Los síntomas incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolores abdominales y, en ocasiones, fiebre.
Infecciones virales exantemáticas
Estas son enfermedades virales que provocan erupciones cutáneas y suelen presentarse en la infancia.
Ejemplos de este tipo de infecciones virales son el sarampión (virus del sarampión), rubéola (virus de la rubéola), varicela-zóster (virus de la varicela-zóster), quinta enfermedad (parvovirus B19). En cuanto a los síntomas, los más comunes son fiebre, erupciones, ganglios linfáticos agrandados, conjuntivitis.
Infecciones virales neurológicas
Estas infecciones afectan el sistema nervioso central o periférico y pueden provocar complicaciones graves. Ejemplos de tales infecciones virales son el virus de la rabia (virus de la rabia), virus del Nilo Occidental, virus de la poliomielitis, virus del herpes simple tipo 1 y 2.
Los síntomas más comunes en estas infecciones son dolor de cabeza, rigidez de nuca, convulsiones, pérdida de conciencia, parálisis parcial, parálisis.
Infecciones virales hepáticas
Provocan inflamación del hígado (hepatitis), que puede ser aguda o crónica. Ejemplos son hepatitis A, B, C, D y E, y los síntomas incluyen ictericia, fatiga, oscurecimiento de la orina, heces descoloridas, dolor en el lado derecho del abdomen.
Oncovirus
Estos son virus que pueden provocar el desarrollo de cáncer en infecciones crónicas.
Entre ellos están el virus del papiloma humano (HPV), virus de Epstein-Barr (EBV), virus de la hepatitis B y C, así como el herpesvirus 8, asociado con el sarcoma de Kaposi.
Estas infecciones a menudo son asintomáticas durante años, y en etapas avanzadas pueden manifestarse con la aparición de formaciones tumorales, pérdida de peso involuntaria y fatiga crónica.
Entre los otros tipos de infecciones virales destacan las hemorrágicas y las dermatotrópicas:
- Infecciones virales hemorrágicas: Ébola, Marburg – provocan sangrado, choque y a menudo conducen a la muerte.
- Dermatotrópicas: HPV – provoca verrugas y cambios precancerosos en la piel y las mucosas.
En las siguientes líneas te proporcionamos una tabla que muestra de manera clara algunas de las infecciones virales más comunes en humanos y sus síntomas:
Tipo de infección viral
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Síntomas comunes
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Gripe (influenza)
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Fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, tos seca, fatiga
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Resfriado (rinovirus)
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Secreción nasal, estornudos, dolor de garganta, fiebre leve, congestión nasal
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Gastroenteritis (norovirus, rotavirus)
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Vómitos, diarrea, dolores abdominales, a veces fiebre
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Herpes (HSV-1, HSV-2)
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Ampollas dolorosas en los labios o genitales, picazón, ardor
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Hepatitis (virus A, B, C)
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Fatiga, náuseas, ictericia, dolores en el lado derecho del abdomen, oscurecimiento de la orina
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COVID-19 (SARS-CoV-2)
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Tos, fiebre, dificultad para respirar, pérdida de gusto/olfato, dolores corporales, fatiga
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VIH (HIV)
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En el inicio síntomas similares a la gripe; en etapas avanzadas – inmunidad debilitada, infecciones
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Varicela (virus varicela-zóster)
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Erupción con picazón y ampollas, fiebre, fatiga
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La propagación y el desarrollo de las infecciones virales dependen de varios factores.
Veamos cuáles son los principales entre ellos:
- La protección inmune individual:El estado del sistema inmunológico es un factor clave. Las personas con un sistema inmunológico fuerte a menudo superan las infecciones virales de manera más leve o incluso asintomática. Por otro lado, las personas inmunosuprimidas (por ejemplo, pacientes con VIH, cáncer, trasplantados o en tratamiento con corticosteroides) son significativamente más vulnerables a complicaciones.
- Presencia de enfermedades crónicas:Condiciones crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y pulmonares aumentan el riesgo de complicaciones en una infección viral (por ejemplo, gripe severa o COVID-19).
- Edad: Bebés y niños pequeños aún están desarrollando su sistema inmunológico y no pueden protegerse eficazmente contra muchos virus. A ellos se suman las personas mayores, especialmente mayores de 65 años, que tienen un sistema inmunológico debilitado y a menudo enfermedades concomitantes que los hacen más vulnerables.
- Estacionalidad:Algunos virus circulan más activamente en ciertas estaciones. Por ejemplo, la influenza, RSV y otros virus respiratorios son más comunes durante los meses de invierno, mientras que los enterovirus y norovirus son más frecuentes en verano.
- Viajes a regiones con alta circulación viral:Visitar países con virus endémicos (por ejemplo, dengue, zika, fiebre amarilla, hepatitis A/E) aumenta el riesgo de infección, especialmente sin vacunación o protección contra mosquitos.
- Mala higiene y condiciones sanitarias: La falta de agua limpia, manos sin lavar, alimentos mal preparados y baños compartidos aumentan el riesgo de virus transmitidos por vía fecal-oral, como el rotavirus, norovirus, hepatitis A y E.
Las infecciones virales se propagan por diferentes vías.
Aquí están las más comunes entre ellas:
- Vía aérea: Al toser, estornudar o hablar, pequeñas gotas que contienen partículas virales permanecen en el aire o se depositan en superficies. Así se transmiten virus como la influenza, SARS-CoV-2 (COVID-19), RSV (virus respiratorio sincitial), sarampión y varicela.
- Vía fecal-oral: Infección a través de manos, alimentos o agua contaminada, especialmente con higiene insuficiente. Así se transmiten rotavirus, norovirus, hepatitis A y E, enterovirus.
- Contacto con fluidos corporales:Sangre, saliva, semen, secreciones vaginales son vías principales para virus transmitidos sexualmente o por sangre. Estos incluyen hepatitis B y C, VIH, virus del herpes simple, virus del Ébola.
- Picadura de insectos (transmisión vectorial):Algunos virus se transmiten a través de picaduras de mosquitos o garrapatas infectadas. Estos incluyen el virus del dengue, zika, chikungunya, fiebre amarilla, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
La prevención es la forma más efectiva de controlar la propagación de los virus. Incluye tanto medidas individuales como colectivas destinadas a reducir el riesgo de infección y propagación.
Aquí están los principales métodos para prevenir infecciones virales.
1. Vacunación
Las vacunas estimulan el sistema inmunológico para reconocer y destruir ciertos virus antes de que causen enfermedades. Esta es la forma más confiable de prevención contra muchas infecciones virales peligrosas.
Ejemplos de vacunas disponibles:
- Gripe (influenza): se recomienda anualmente, especialmente para adultos, niños, embarazadas y enfermos crónicos.
- Sarampión, paperas, rubéola (MMR): Vacuna trivalente, obligatoria en la infancia.
- HPV (virus del papiloma humano): Protege contra el cáncer de cuello uterino y otros cánceres genitales y orales.
- Hepatitis A y B: Importantes para viajeros, trabajadores médicos y grupos de riesgo.
- Varicela, rotavirus, COVID-19, fiebre amarilla y otras: Según la situación epidémica y el riesgo individual.
La inmunización regular no solo reduce el riesgo de enfermedad, sino también la posibilidad de transmitir el virus a otros.
2. Higiene
Mantener una buena higiene personal y pública reduce significativamente la probabilidad de infección.
Prácticas clave:
- Lavado de manos regular y correcto: Especialmente antes de comer, después de usar el baño y tras el contacto con una persona enferma.
- Uso de desinfectantes: Se recomienda usar desinfectantes a base de alcohol cuando no hay acceso a jabón y agua.
- Limpieza frecuente de superficies y objetos: Especialmente en hogares con enfermos, lugares públicos y cocinas.
- Higiene personal: Incluye la limpieza de la nariz, boca y cuidado de la piel, que es una barrera natural.
3. Precauciones al contactar con personas
- Uso de mascarillas durante períodos de epidemias o en espacios cerrados y concurridos.
- Evitar el contacto cercano con personas con síntomas virales agudos (tos, secreción nasal, fiebre).
- Aislamiento propio en caso de síntomas – una responsabilidad importante para limitar la propagación.
4. Vida sexual segura
Algunas de las infecciones virales más graves se transmiten por vía sexual.
La prevención incluye:
- Uso de preservativos: Este es el método más efectivo para reducir el riesgo de VIH, HPV, hepatitis B y herpes.
- Exámenes regulares: Especialmente con cambios frecuentes de pareja.
- Vacunación contra HPV y hepatitis B: La vacunación es importante especialmente para jóvenes antes del inicio de la vida sexual.
5. Control sobre alimentos y agua
Los productos alimenticios y el agua pueden ser portadores de virus, especialmente en regiones con mala sanidad.
Medidas principales:
- Consumo solo de alimentos seguros y bien cocidos.
- Evitar mariscos crudos, frutas y verduras mal lavadas en países con riesgo de hepatitis.
- Beber agua embotellada o hervida al viajar a países en desarrollo.
- Mantener una buena higiene en la cocina: tablas, cuchillos y manos limpias al manipular productos crudos.
La mayoría de las infecciones virales son autolimitadas y requieren solo tratamiento sintomático.
Este tipo de tratamiento incluye:
- Toma de antipiréticos (para la fiebre)
- Toma de analgésicos (para el dolor)
- Reposo e hidratación
Para algunos virus se utilizan medicamentos antivirales específicos:
- Aciclovir: Contra virus del herpes
- Oseltamivir: Para la gripe
- Terapia antirretroviral: Para el VIH
- Interferones: Para hepatitis B y C
Las infecciones virales comunes suelen resolverse por sí solas, pero algunos síntomas requieren atención médica inmediata.
Esos síntomas son:
- Fiebre alta que no baja: Si la temperatura supera los 38.5°C durante más de 3 días a pesar de medicamentos, esto es un posible signo de complicación.
- Fatiga severa o deshidratación: Debilidad, mareos, boca seca, micción poco frecuente – peligroso especialmente en niños y ancianos.
- Erupción generalizada:Erupciones en todo el cuerpo, especialmente si están acompañadas de fiebre, son síntomas de posibles enfermedades virales o alergias.
- Síntomas de meningitis: Cuello rígido, dolor de cabeza intenso, sensibilidad a la luz y confusión requieren una reacción urgente.
- Ictericia:Amarillamiento de la piel/ojos, orina oscura puede ser síntoma de hepatitis u otro trastorno hepático.
- Dificultad para respirar o dolor torácico:Especialmente con síntomas gripales, puede indicar una infección pulmonar o afectación cardíaca.
¿Pueden tratarse las infecciones virales con antibióticos?
Los antibióticos no actúan contra los virus. Solo se usan en presencia de una infección bacteriana.
¿Cuál es la diferencia entre un resfriado y la gripe?
El resfriado es más leve y es causado por rinovirus. La gripe comienza de repente con fiebre alta, dolores musculares y fatiga intensa.
¿Es posible reinfectarse con el mismo virus?
Sí, especialmente si el virus muta con frecuencia, como el virus de la influenza o los coronavirus.
Fuentes:
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7151951/
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